MIS PUEBLOS (CONTINUACIÓN)
MI INFANCIA
Como ya os dije en la introducción de mi relato, nací en Mina de la Isabel (El Almendro), provincia de Huelva. Vine al mundo cuando ya nadie me esperaba, pues mis hermanas eran mayorcitas: 16 y 9 años respectivamente. Entre ellas tuvo mi madre otros dos hijos: un varón que murió a los 9 años con esas calenturas que no se sabía lo que era y otra niña que sólo vivió meses. La mayor de mis hermanas tenía novio cuando yo nací y le sentó fatal, pero después fue la que más me quiso y me cuidaba como a una hija: me lavaba, me peinaba con unos tirabuzones preciosos y me vestía con unos vestidos lindos, hechos por ella misma, que llamaban la atención; en fin, era una muñeca para ella. A mi madre le venía de maravillas, pues bastante tenía la pobre con preparar las faenas del campo, las idas al pueblo de compras, atender a la tienda, etc. Allí pasé una infancia muy feliz, pues era una niña muy alegre y muy querida por todos. Mi familia era muy larga, ya que mis abuelos, mis tíos y mis primos vivían también en la aldea. Todos los niños estábamos muy unidos y nos lo pasábamos estupendamente con nuestros juegos, excursiones, teatros, cantos o siendo meros espectadores de las faenas diarias del campo: la matanza del cerdo, el esquileo, la siega, la trilla, etc. A todos los niños nos encantaba el rabo del cerdo chamuscado, y como mis padres mataban para vender, allí nos teníais casi diariamente en busca del mismo. A mí me gustaba mucho jugar con mis muñecas y a las casitas con mis cacharritos, disfrazarme con ropa de hombre, montar a caballo, sobre todo en la romería, que podía correr, galopar, trotar… en la ermita y en las calles del pueblo por la tarde a la vuelta, vestida de flamenca, (gitana se dice por allí), a la grupa con una persona mayor, que casi siempre eran mi cuñado o su hermano que me llevaban de maravillas, hacer de “Maestra”y cantar. Tanto me gustaba cantar, que estando una temporada en un pueblo vecino, Puebla de Guzmán, con una familia amiga, por donde pasó un circo ambulante, me presenté al dueño porque quería trabajar en él. Tendría 7 u 8 añitos. Pues no creáis que me dijo que no; el buen señor quería hablar con mis padres. ¡Qué atrevida la niña!...También hacíamos nuestros trabajitos propios de la edad: llevar el café a los trilladores a la era, ir por el tabefe a los cortijos cercanos, hacer los recados que nos mandaban los mayores y, como es natural, realizar nuestros deberes escolares.
En la aldea no había Ayuntamiento ni Iglesia, así que nuestros padres nos tenían que ir a empadronar a El Almendro y el Bautismo y los demás Sacramentos los podíamos recibir indistintamente en El Almendro, en la ermita de la Virgen de Piedras Alba o en Villanueva de los Castillejos. Ahora sí que hay en Mina de la Isabel una capillita en honor de San Antonio, Patrón de la aldea. Hice mi Primera Comunión, a los 7 años, en Villanueva de los Castillejos, aunque me preparó para recibir el Sacramento la Maestra de Mina de la Isabel.
Para ir desde la Mina a Castillejos, (que así los llamamos para abreviar), igual que para ir a El Almendro, lo teníamos que hacer en caballería o en carro tirado por mulas. Los coches vinieron después. Ahí me veríais a mí montada a la grupa, con mis padres o con una persona mayor, en un caballo negro precioso, al que mi cuñado, que había servido en caballería, domó y hacía con él verdaderas piruetas o en una yegua zaina y muy querida por mí, que había tenido un potrillo y, cuando regresábamos del pueblo, ya cerca de casa, corría como un galgo para llegar pronto y amamantar a su cría. ¡¡Eso sí que era amor de madre!!
Como la Mina estaba cerca de la frontera natural con Portugal, pasábamos con frecuencia. Íbamos en caballería hasta la ribera ( frontera), porque teníamos que pasar por grandes montañas y allí nos venían a buscar nuestras amistades con una carrinha, (que así se llaman las carretas en portugués), muy engalanadas y muy bonitas, hasta con sus cascabeles, que parecía que íbamos de paseo, ya que allí el terreno era más llano y nos llevaban hasta sus pueblos o aldeas en estos bonitos carruajes. Como mi familia tenía allí muchos amigos con tiendas, con regularidad hacíamos algunas compras y ellos venían a la Mina a realizar las suyas. Con mucho cuidado porque ya se sabe…Yo estaba deseando que vinieran, porque siempre me traían chucherías. ¡Cómo recuerdo las cajas de chocolatinas de distintos sabores, envueltas en papeles brillantes de colores variados! ¡Qué ricas! Tanto dulce comí en esa época, que se me cayeron todos los dientes. Después me salieron iguales y muy bonitos.
Hasta los 9 años estudié en la Escuela Unitaria que había en la aldea. Nos daba clase Dña. Pilar, una Maestra encantadora que vio en mí una posible candidata a seguir sus huellas y me preparó para presentarme a Ingreso en el Instituto de Huelva. Así lo hice en Junio, sin haber cumplido los 10 años y teniendo que subirme en el examen oral a una tarima para que me pudieran ver los Profesores. ¡Claro que nunca he sobresalido por la estatura, como se puede apreciar!...Con tan buena suerte que aprobé, así que lo siguiente era continuar los estudios. Como en “Mis pueblos” nadie preparaba de bachillerato en esa época, me llevaron interna a un colegio de Huelva que se llama Santa Teresa de Jesús (Las Teresianas) y allí estuve hasta que hice las Oposiciones, aunque como es natural, con las correspondientes vacaciones, fiestas, etc. que pasaba con mi familia o amigos en la Mina, en Castillejos, en Portugal o en cualquier otro lugar interesante.
Por hoy nada más, que estoy siendo muy pesada. Otro día os contaré cómo celebramos la romería de la Virgen de Piedras Alba, Patrona de los dos pueblos.
La foto es del Ayuntamiento antiguo de Villanueva de los Castillejos.
5 comentarios
Cesar Manuel Tello Figuerola -
La profe -
Susi -
La profe -
Teresa -
Teresa